Seguramente has escuchado hablar de los suelos saludables, pues son de vital importancia para la agricultura. Recordemos que los suelos saludables son aquellos que tienen una estructura, composición y capacidad para proporcionar los nutrientes, el agua y el aire necesarios para que las plantas crezcan de manera óptima.
Los suelos saludables también tienen diversos microorganismos y otros organismos que ayudan a mantener la fertilidad del suelo y protegerlo de enfermedades.
De tal forma, que sin un suelo agrícola con salud, todo el proceso de producción se ve afectado. Es por eso que aquí te compartiremos todo lo que necesitas saber acerca de este tema.
¿Por qué es importante tener suelos saludables?
Un suelo saludable es un componente clave para un ecosistema saludable y sostenible. Un suelo saludable puede ayudar a reducir la erosión del suelo, mejorar la calidad del agua y aumentar la productividad de los cultivos y la calidad nutricional de los alimentos. Además, un suelo saludable puede ayudar a mitigar el cambio climático al almacenar carbono y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, los suelos pueden degradarse debido a prácticas agrícolas insostenibles, la urbanización, la contaminación, la deforestación y el cambio climático. Por lo tanto, es importante promover prácticas de gestión del suelo sostenibles para mantener la salud del suelo y garantizar la sustentabilidad a largo plazo de los sistemas de producción agrícola y los ecosistemas naturales.
4 prácticas sustentables para mantener suelos saludables
Rotación de cultivos
La rotación de cultivos es una práctica agrícola que implica alternar diferentes cultivos en el mismo campo en diferentes temporadas. Esto ayuda a mantener la fertilidad del suelo, evita la acumulación de patógenos y reduce la necesidad de fertilizantes químicos.
Cultivo de cobertura
El cultivo de cobertura implica plantar una especie vegetal en un campo durante un tiempo específico con el objetivo de mejorar la salud del suelo. Las plantas de cobertura ayudan a retener los nutrientes en el suelo, previenen la erosión y aumentan la cantidad de materia orgánica.
Uso de abonos orgánicos
El uso de abonos orgánicos, como estiércol, composta y abono verde, es una alternativa sostenible a los fertilizantes químicos. Los abonos orgánicos mejoran la fertilidad del suelo, aumentan la materia orgánica y reducen la necesidad de fertilizantes químicos.
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Conservación del suelo
La conservación del suelo implica prácticas que protegen el suelo de la erosión, como la siembra en curvas de nivel, la plantación de barreras vivas y la siembra directa.
Estas son solo algunas de las prácticas sostenibles que se pueden implementar para mantener la salud del suelo. Es importante recordar que cada suelo es